Mi nombre es Lola López de la Orden y este blog nació de mi afición por la cocina. Para mí es uno de mis mayores ocios y disfruto con ella. Espero transmitiros ese gusto por cocinar y que disfrutéis también.
Hace unos días me llegó un regalo muy sabroso de Paco Blasco, gran conocedor de la huerta roteña y al que conocemos por su «Alma de tomate«. El rico regalo, una buena bolsa de habas, me llegó de la mano de nuestra gran amiga común Pilar Ruiz Rodríguez-Rubio, también roteña y quien lleva adelante el blog Aprendiendo a cocinar junto a su madre Cristina.
La receta que elegimos para cocinar estas habas es muy tradicional y sencilla, habas con jamón.
Qué necesitamos:
Medio kilo de habas frescas
Varias lonchas de jamón ibérico
Un vaso de vino blanco
Media cebolla
Un diente de ajo o dos, a gusto
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Cómo se hacen:
Cortamos la cebolla y el ajo y los rehogamos hasta que se doren, añadimos el jamón cortadito y rehogamos un poco más. Añadimos vino y dejamos que se haga y evapore el alcohol.
Añadimos las habas, que habremos sacado de sus vainas, y un poco de agua. Las dejamos cocer hasta que estén tiernas. Listo, un plato muy sabroso y rico.
Por último decoramos con una lonchita de jamón en el centro que, con el calor, se derretirá y está buenísimo.
Antes de empezar a hacer torrijas vamos a hacer otros dulces para merendar, como estos bollitos tiernos y riquísimos, rellenos de crema pastelera y cubiertos de chocolate. ¿…que cerca de tu casa hay una pastelería buenísima que venden unos muy parecidos?, vale, pero no son caseros, con ingredientes naturales y sin conservantes ni colorantes…Y además ¡el buen rato que se pasa haciéndolos!!!
Qué necesitamos:
200 g de harina de trigo fina
75 ml de leche templada
5 gramos de levadura
25 g de mantequilla sacada del frigorífico
25 g de azúcar
1 huevo
1 pizca de sal
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Para la crema:
Medio litro de leche
50 gramos de harina
110 gramos de azúcar
Tres yemas de huevo
Un palito de canela
Piel de medio limón
50 gramos de mantequilla
Para el chocolate:
100 gramos de chocolate para cobertura
Cómo se hacen:
En primer lugar hacemos los bollitos. Disolvemos la levadura en la leche y reservamos. Mezclamos la harina, el azúcar y la sal y, a continuación, le añadimos la levadura ya disuelta en leche. Añadimos el huevo batido y la mantequilla y amasamos todo hasta obtener un bollo.
Dejamos que repose una media hora en un recipiente tapado. Con esta masa hacemos porciones de unos 40 gramos y los colocamos en una bandeja de horno, dejando reposar hasta que doblen su tamaño. Los hacemos en el horno precalentado a 180º.
Hacemos la crema pastelera hirviendo la leche con la canela y el limón, pero dejamos aparte 50 cc de leche fría. Cuando hierva la retiramos.
Mezclamos la harina y el azúcar y añadimos la leche fría y las yemas. Mezclamos bien y añadimos la leche infusionada y colada, que solo esté templada. La ponemos al fuego hasta que espese, sin dejar de remover, la apartamos y añadimos la mantequilla en trocitos, lo batimos todo bien con un batidor y lo dejamos enfriar.
Cortamos los bollitos por la mitad y los rellenamos con la crema.
Derretimos el chocolate en un cazo, a fuego lento, y pintamos con él los bollitos. Ya tenemos una merendola de las buenas…Riquísimos.
Es decir, pizzas pequeñitas hechas en casa. Estupendas para cenar de manera informal, mientras vemos una serie de televisión que nos tiene enganchados y no queremos perder mucho tiempo preparando la cena. Las dejamos preparadas para meterlas en el horno cuando queramos comerlas.
Qué necesitamos:
Masa de pizza
Tomate frito
Queso rallado
Champiñones, chorizo, jamón…lo que nos apetezca añadir
Orégano
Cómo se hacen:
Podemos hacer la masa en casa, que hay una manera fácil de hacerla, pero si no nos apetece la compramos en el supermercado. En este blog podéis encontrar varios tipos de pizzas, con ingredientes muy variados. Repito que si no queréis probar a hacer la masa en casa la podéis comprar, pero la masa casera está mucho más buena, y no es tan difícil hacerla.
La extendemos con un rodillo y cortamos círculos con un vaso.
Ponemos encima tomate frito y, a continuación, lo que más nos guste: champiñones, embutido…Por último espolvoreamos queso rallado por encima. Por último un poco de orégano.
Las metemos al horno a 180º hasta que veamos que están hechas, no solo la superficie sino, sobre todo, la masa.
Y listo, ya tenemos pizzetas para disfrutar de una cena ligera y sabrosa. ¡Que aproveche!
Me gusta usar los términos y vocablos en español y no en inglés. Cuando tenemos palabras para designar o definir algo no me gusta el uso de anglicismos. Sandwich, muffins, take away, brunch, cookies, fast food y tantos otros…Así que emparedados en vez de sandwichs.
Estos están rellenos con la pringá de la berza que sobra. Una buena berza lleva carne de cerdo, tocino, morcilla y chorizo. Pues si nos sobra lo picamos todo y aplastamos bien, formando una pasta que es la que nos va a servir para hacer estos ricos emparedados.
Qué necesitamos:
Morcilla, chorizo, carne y tocino de la pringá de una berza
Pan de molde
Cómo se hacen:
Aplastamos bien con un tenedor la pringá hasta que quede una pasta bien mezclada.
Untamos la rebanada de pan y formamos un emparedado.
Lo calentamos en una «sandwichera» o en una parrilla, en este caso por ambas caras, hasta que el pan esté dorado.
Un acompañamiento estupendo es una ensalada, en este caso está hecha con tomate, aguacate y bolitas de queso mozarella. Un plato muy completo y riquísimo. Y de aprovechamiento…
Cuando decimos «estofado» no estamos muy seguros de qué diferencias tiene con un guiso. Pues según he leído un estofado es un guiso pero un guiso no siempre es un estofado. El estofado se suele hacer con carne, con menos líquido y a fuego más lento, para que la carne conserve mejor sus cualidades. El guiso se puede hacer con legumbres, verduras…, lleva más agua y está menos concentrado.
Sea guiso o estofado, esta carne de ternera con patatas está riquísima, podéis ver otras recetas de estofados en este blog, y un guiso de ternera con zanahorias que está para chuparse los dedos.
Qué necesitamos:
Un kilo de ternera tierna
Una cebolla
Tres dientes de ajo
Dos zanahorias
Un vaso de vino oloroso
Dos patatas
Harina
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Cómo se hace:
Cortamos la carne en dados. La enharinamos y rehogamos en aceite de oliva. Sacamos y reservamos. Pelamos y picamos la cebolla, el ajo y las zanahorias. Lo rehogamos en el mismo aceite, añadimos la cebolla, el ajo y las zanahorias. echamos el vino y sal. Lo ponemos en el fuego con un poco de agua hasta que la carne esté tierna.
Pelamos y cortamos las patatas en dados, las freímos solo un poco, sin que lleguen a hacerse del todo. Las añadimos a la carne, echamos un poco de agua y dejamos hacer todo junto, hasta que las patatas estén tiernas y la salsa espesita. Probamos de sal y corregimos a gusto de cada uno.¡¡¡Muy rico!!!
Hace tiempo publiqué una receta de las famosas y gaditanas tortillitas de camarones, muy ricas y sabrosas, pero con medidas muy grandes que no es lo habitual. Lo más normal es comprar un vaso de camarones en el mercado, y para ello necesitamos menos harina, como en la receta que pongo a continuación. En esta nueva receta nos adaptamos a los vasitos de camarones crudos que venden en los mercados, generalmente en las puertas de los mismos.
Qué necesitamos:
Un vaso de camarones crudos
Medio vaso de agua de harina de garbanzos
Medio vaso de agua de harina de trigo
Un cuarto de cebolla
Perejil picado
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Cómo las hacemos:
Para la harina podemos usar el mismo vaso, llenando la mitad con la harina de garbanzo y completando con la de trigo hasta llenarlo.
En un cuenco grande echamos los camarones, la cebolla y el perejil muy picaditos y las harinas. Mezclamos bien.
Añadimos agua poco a poco hasta formar una pasta homogénea y más líquida que espesa. Esto es muy importante, pues si la masa queda espesa las tortillitas no saldrán finas y crujientes. Añadimos sal para que queden sabrosas pero no saladas.
Ponemos aceite a calentar en una sartén y, cuando esté muy caliente, vamos echando porciones de masa con la ayuda de una cuchara, con la que extenderemos la masa al echarla, para que quede suelta. Cuando estén bien fritas por una cara les damos la vuelta para que se frían por la otra.
El aceite debe estar siempre muy caliente, para que no se «empapen» del mismo. Conforme las vamos sacando las ponemos en un plato con papel de cocina, para que escurran bien, o en otro sistema de escurrir. Cuando ya estén fritas todas no queda más que disfrutarlas…Están riquísimas.
He aquí otra recetita de chipirones, que también se puede hacer con calamares. Ya publiqué algunas recetas anteriores con salsa de soja, con patatas, en su tinta...todas riquísimas y que animo a hacer. Esta vez será con cerveza. Estos calamares de pequeño tamaño están ricos de muchas formas, así que ánimo y a cocinarlos como más nos guste.
Qué necesitamos:
Medio kilo de chipirones
Una cerveza de un tercio
Una cebolla pequeña o media grande
Dos dientes de ajo
Un vaso de caldo de pescado
Medio vaso de tomate frito
Una cucharita de pimentón dulce
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Cómo se hacen:
Sofreímos la cebolla y el ajo picaditos y luego se añaden los chipirones troceados. Se rehoga todo unos minutos y se añade el pimentón, el tomate frito, la cerveza y el caldo de pescado.
Lo dejamos hacer unos diez minutos todo junto hasta que estén tiernos y la salsa espesita. Y listo, ya tenemos hecho este plato tan bueno y recomendable.
Las tortas de Inés Rosales saladas son estupendas para hacer con ellas aperitivos variados, ya he publicado varias opciones, con sardinas marinadas, usándolas como pizzas individuales y, ahora, con sardinillas en aceite. Las sardinas que he usado son de El Ronqueo, de Barbate, se trata de una sardinillas pequeñitas, de un bocado, que están buenísimas. Cada vez que voy a Barbate las compro, así como otros productos de la misma marca, espectaculares.
Con estas sardinillas se pueden hacer ensaladas diversas, como la que publiqué con crema de aguacate, riquísima.
Las tortas saladas de Inés Rosales llevan ingredientes distintos, estas tienen sésamo y sal marina.
Qué necesitamos:
Un paquete de tortas con sésamo y sal marina
Una lata de sardinillas en aceite
Fritada
Cómo se hacen:
Hacemos una fritada con cebolla, pimientos y tomate. Podemos usar solo tomate frito, pero lo ideal es la fritada que aplastamos con un tenedor y la colocamos, ya fría, sobre las tortas. En algunos supermercados venden fritada envasada de marcas buenas, pero a mí me gusta más hacerla en casa y, además es muy sencilla de hacer.
Ponemos las sardinillas encima de la torta con la fritada y listo. Fácil y riquísimo.
El lenguado es una especie propia de la zona suratlántica que habita en aguas costeras y estuarios. Se encuentra en casi todos los caños de la Bahía de Cádiz y es un pescado muy apreciado por su excelente carne blanca y consistente.
Ya publiqué una receta de lenguados a la sal, en este caso eran de estero, y hoy lo hago de lenguados al horno también, pero de una forma distinta. Sea como sea el lenguado siempre resulta un plato riquísimo y sabroso.
Qué necesitamos:
Dos lenguados grandes
Tres patatas
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Perejil fresco
Cómo se hacen:
Pelamos y cortamos en rodajas finas las patatas, las colocamos en una bandeja de horno con sal y un chorrito de aceite y las metemos en el horno a 180º hasta que se hagan un poco, no del todo pues se acabarán de hacer con el pescado, que es más tierno.
En una sartén pasamos perejil fresco picado. Colocamos los lenguados limpios, con unas rajitas en los lomos y con sal por ambos lados, sobre las patatas, y echamos por encima el aceite con el perejil.
Volvemos a meter en el horno, a 185º, hasta que estén hechos. La carne debe quedar blanca y que se despegue bien de la espina.
Llevo mucho tiempo queriendo escribir en mi blog sobre este restaurante gaditano que tanto me gusta. Desde que abrió sus puertas en 2018 he ido en múltiples ocasiones y he llevado a familiares y amigos que siempre han quedado encantados con su cocina, su ambiente y la atención recibida. Y por fin hoy me pongo a ello, tras mi última y reciente visita a Tempus Fugit. Ya era hora.
Su dueño y jefe de cocina, excelente cocinero, es Jesús Palma, al que conocí cuando trabajaba en el restaurante «Sopranis» «y posteriormente en «Código de barra» con Leon Griffioen, cuando este establecimiento, recientemente premiado con una estrella Michelín, estaba en la Plaza de Candelaria.
Jesús es un excelente profesional y lo viene demostrando año tras año, todo lo que cocina está riquísimo y estupendamente elaborado y presentado. Desde hace unos años tiene a Emilio de la Calle en sala, quien aporta muchos puntos positivos por su saber hacer y su simpatía, su trato cercano con los clientes y su gran profesionalidad. A Emilio podemos consultar qué vino tomar y siempre acierta, relata las características de los que nos interesa y aconseja bien.
Ya el nombre del restaurante me gusta mucho, Tempus Fugit, un término latino que nos dice que el tiempo vuela, corre…y hay que aprovecharlo. Locución latina muy parecida a la que tengo por lema en mi vida, Carpe diem, del poeta latino Horacio: Si tempus fugit, carpe diem.
Hay que aprovechar el momento presente, disfrutar de cada día porque no sabemos qué pasará mañana. Por eso una de las cosas que hay que hacer es disfrutar de una buena comida acompañada de un buen vino, y uno de los sitios mejores para hacerlo es este restaurante.
Desde que abrió sus puertas he probado muchos platos, algunos de los cuales han seguido en la carta hasta hoy. Buena señal. Cuando un plato gusta y los clientes lo siguen pidiendo no se debe quitar de la carta, eso pasa con mi apreciada Lasagna de gambones.
O los chipirones al wok con pesto rojo de almendras
Pero Jesús también innova, y de vez en cuando nos encontramos con algún plato nuevo, como este postre de pera macerada en vino tinto con espuma de miel, crumble de almendras y foie micuit. Una delicia para el paladar. Lo he probado y no he podido resistir la tentación de pedirle a Jesús que me cuente, brevemente, cómo ha elaborado esta maravilla. Usa Fos, un Rioja alavés de maceración carbónica, lo que lo hace más suave. Reducen este vino con azúcar, canela y cáscara de limón y lo dejan enfriar. Por otra parte cortan la pera lo más fina posible, con cortafiambres, la envasan con la reducción de vino al vacío, consiguiendo osmotizar la pera para darle a la vista una sensación de transparencia. Y lo más importante es el resultado: un bocado exquisito.
No quiero dejar de comentar la decoración del local, muy original y acogedora en su interior. Porque en el exterior también hay mesas para las estupendas tardes estivales o las soleadas mañanas de otoño o invierno. Pero dentro nos encontramos con reproducciones de cuadros del pintor del Renacimiento italiano Giuseppe Arcimboldo, conocido por sus representaciones del rostro humano con elementos florales, frutas y plantas. Y en una de sus paredes reza el que podríamos llamar “lema” del establecimiento, “Con la comida sí se juega.
Como una imagen vale más que mil palabras, aquí dejo fotos de algunos de los platos que tiene y ha tenido desde que abrió.
Son muchos y por eso he hecho una selección, qué pena que de algunos no tengo foto…
En el enlace a la web, que puse más arriba, podéis ver la carta, de la que se antoja probar todo.
Antes de comenzar con los platos pedidos Jesús siempre sorprende con un “detalle” de la casa que varía con el tiempo.
Entrantes muy variados y ricos
Platos de carne y aves
Pescado, como lubina, dorada, chipirones, marisco…
Y para terminar riquísimos postres
Aunque nos sintamos llenos siempre hay que dejar un hueco para los postres, merece la pena.
Tempus fugit, sicut nubes, quasi naves, velut umbra…»El tiempo vuela, como las nubes, como las naves, como las sombras»… así reza la frase del poeta latino Virgilio. Así que volemos también nosotros y disfrutemos de la vida, de los buenos momentos, de la amistad, y dónde mejor que alrededor de una mesa, compartiendo conversación y buena comida. Tempus fugit es una estupenda opción para ponerlo en práctica.