Cuando se tiene una buena experiencia se te vienen a la cabeza muchos calificativos para describirla: buena, excelente, estupenda…Todos ellos se los daría yo a la experiencia vivida el sábado 25 en Rota.
Fuimos convocados un numeroso grupo de blogueros por el Área de Turismo de Rota y, en su nombre, Pilar Ruiz, autora junto con su madre Cristina Rodríguez-Rubio del blog Aprendiendo a cocinar.
No pudieron asistir todos los blogueros convocados pero sí un buen número de ellos, lo que permitió que disfrutáramos de un Encuentro Gastronómico de blogueros como yo al menos no había conocido antes. Muchos nos conocíamos solo por el Facebook o por haber coincidido en una única ocasión, no más, y esta fue una buena oportunidad de conocernos, de tratarnos un poco más a fondo y de, en definitiva, pasar juntos una jornada inolvidable.
Rota es una preciosa ciudad costera, con un gran atractivo turístico debido en gran parte a sus playas.
Fue conquistada por Alfonso X en 1264. Más tarde fue donada por Sancho IV a Don Alonso Pérez de Guzmán “el Bueno”, quien la ofreció como dote, junto con Chipiona, a su hija Isabel cuando se casó con Fernán Pérez Ponce de León, a cuya Casa perteneció hasta 1780. Estaba amurallada y sus murallas tenían cuatro puertas, la de Chipiona o Regla, la de Jerez, la de Sanlúcar y la del Mar. Su primitivo núcleo de población, de calles rectas y bien trazadas, en forma de tablero de ajedrez, fue llevada a América por los conquistadores hispanos para usarla como modelo urbanístico.
Y ya dejo estos temas introductorios y me meto de lleno en el Encuentro de blogueros gastronómicos.
Decía antes que fue una jornada inolvidable, y fue gracias a varios factores. En primer lugar la iniciativa y la organización de Pilar, ayudada por Rocío Ruíz y Seve Izquierdo, sus compañeros de trabajo. La organización fue excelente, desde el momento en que nos reunimos en el Puerto Deportivo hasta que nos fuimos de El Bucarito todos con una gran sonrisa en la cara.
A ello hay que añadir la excelente bienvenida que nos dieron las Bodegas El Gato y El Bucarito.
Y, porqué no, a nosotros mismos, los asistentes, que formamos un grupo estupendo y disfrutamos de lo lindo, como se pudo apreciar durante todas las actividades.
La idea de llevarnos en el tren para que conociéramos Rota, tan bonita, con sus playas kilométricas de arena dorada, sus calles y monumentos, fue muy acertada. Además de proporcionarnos un buen rato de risas.
Las dos visitas programadas fueron las bodegas El Gato y El Bucarito. No podían haber sido mejor elegidas.
En las bodegas El Gato fuimos maravillosamente atendidos por Laura Martínez, su padre Pedro y su abuelo Juan, tres generaciones dedicadas a elaborar los vinos a los que dan nombre su apellido, Martínez.
También nos acompañó José Antonio Rodríguez, Peque, gran sumiller.
En primer lugar el padre de Laura, Pedro, nos lo enseñó de forma muy sencilla y cercana, pero a la vez demostrando conocer a fondo su trabajo, las bodegas, las forma en que elaboran los distintos vinos, totalmente artesanal.
En el pequeño laboratorio controlan los grados, la acidez y otros parámetros.
La máquina embotelladora es la más antigua de España.
El embalaje y etiquetado es realizado totalmente a mano.
Cuentan con siete trabajadores y se trata de una empresa familiar, dedicada de lleno a mejorar y dar a conocer sus productos, hechos con tanta dedicación y cariño.
Elaboran Fino, Moscatel, Oloroso…y el vino de Rota por excelencia, el Tintilla.
Acaban de incorporarse hace poco al Consejo Regulador de Jerez, y a la Ruta del Vino, junto con el Diverso Tapas y Vinos y el Badulaque, también en Rota.
Desde noviembre vienen celebrando Catas, algunas amenizadas con flamenco, con José Antonio Rodríguez, Peque, de sumiller. Y para ello elaboran tapas hechas con el Tintilla. También organizan visitas guiadas con almuerzo o cena incluida en Freiduría La Pepa.
Y no solo de vinos, han hecho y piensan seguir haciendo Catas de aceite de oliva, de la Sierra de Cádiz, concretamente de Olvera.
Nos llamó la atención las grandes tinajas con una capacidad de 2.500 litros, adaptadas según las normas requeridas por Sanidad.
Y la bota de 300 años de antigüedad.
El Tintilla que elaboran en Bodegas El Gato, es un vino dulzón, certificado al 100%, mientras que otros que lo imitan solo llevan un porcentaje de tintilla. Según nos contó Peque, se emplean tres elementos para su elaboración, que ya se usaban en el s. XVII, pero actualmente la diferencia radica en los métodos usados, que son más modernos.
Estos tres elementos son la uva tintilla, arrope para darle dulzor y aguardiente o alcohol.Este vino tuvo un gran auge, para luego caer en su producción y uso, pero las bodegas El Gato están de nuevo devolviéndole el esplendor perdido, y desde luego lo están consiguiendo.
Tiene un olor a pasas, a maderas, sobresaliendo aquellas en boca. No empalaga a pesar de ser dulce, y ello es debido a su acidez. En de sabor persistente y muy adecuado para tomar con los postres.
Son muy variados los vinos de esta bodega, el Tintilla joven, el Tintilla noble, con varios años de reserva, el Pedro Ximénez, la Manzanilla de Rota, el Oloroso seco, el Gran Mayeto…todos, como he dicho antes, amparados por el Consejo Regulador.
También elaboran vinagres, que dan a las ensaladas un toque muy especial.
La amabilidad de Laura y su familia quedó más patente aún cuando nos obsequiaron con una botella de Gran Mayeto de regalo, y nos dieron a degustar el famoso y riquísimo “Arranque”, plato típico del que nos dieron la receta.
A la vez que tomábamos el Arranque, Turismo de Rota nos obsequió también con una bolsa con algunos regalitos, un cuaderno, un bolígrafo, un pendrive y varios folletos sobre la ciudad.
Muchísimas gracias a la familia Martínez que con tanto cariño nos acogió en su bodega y tan maravillosamente nos atendió.
Dejamos las bodegas El Gato y nos volvimos a montar en el tren para volver al Puerto Deportivo, y de camino fuimos viendo algunos rincones preciosos roteños, como el Castillo de Luna del s. XIII y la Iglesia de Ntra. Sra. de la O del s. XVI.
Ya cada uno en su coche llegamos a El Bucarito. Allí fuimos recibidos por Yolanda Maya, quien nos fue enseñando con mucha amabilidad y simpatía las instalaciones.
En primer lugar conocimos la fábrica de quesos.
Ellos fabrican dos tipos de quesos, de leche cruda y de leche pasteurizada. La leche llega a la maquinaria desde un tanque con 3000 litros de capacidad que está en el piso superior.
Ya no se usan las pleitas de esparto pues Sanidad las ha prohibido, así que usan unos moldes de poliester.
Ya que he nombrado a la Sanidad, tengo que decir que nos llamó la atención a todos la limpieza y pulcritud que se ve en todas las instalaciones, hasta en los lugares donde están los animales que, por eso mismo motivo, es difícil mantenerlos con tanta limpieza.
Salan los quesos en cubas con salmuera.
Pudimos elaborar nosotros mismos un quesito fresco individual, que luego nos llevamos a casa.
Los quesos se mantienen en cámaras refrigeradas y se secan en secaderos, para no envasarlos húmedos.
Ya secos y curados se les limpia bien la superficie con una máquina especial.
También cuentan con un pequeño laboratorio para medir los parámetros del cloro del agua, el PH de la leche…. A veces mandan muestras a Cantabria para que esos parámetros sean siempre los mismos y así se fabrique siempre el mismo tipo de queso.
Pasamos a la sala de envasado, refrigerada, donde vemos algunos quesos con moho, normalmente se les quita el moho, ya que aún no estamos acostumbrados en nuestra zona a tomar queso con él, a pesar de tratarse del Penicilium, que es muy beneficioso para el ser humano. Poco a poco nos iremos acostumbrando a tomarlo.
Allí estaban almacenados los diversos tipos de queso ya envasados, y unos quesos mucho más grandes, de 8 kgs. cada uno en peso original, de reciente creación.
Para producir leche cuentan con 485 cabras para el ordeño, aunque en total son más de 600. Se las ordeña mañana y tarde, con unas máquinas que controlan el tiempo, para no producir mastiti en las cabras.
A los bebés les dan calostros varias veces al día, y los alimentan en la sala de amamantamiento.
Las cabras comen cinco veces al día, maiz, avena, cascarilla de soja…todo en su mayoría cultivado por ellos mismos.
También crían cerdos ibéricos y los inseminan. Con ellos elaboran embutidos y chacinas, jamón, chorizo, salchichón, caña de lomo…todo de primera calidad. A los cerdos les dan de comer, entre otras cosas, el pan que sobra en la panadería familiar que tienen en Rota, y resulta un alimento excelente.
Después de conocer las instalaciones de la mano de Yolanda, nos pusieron un vídeo para conocer mejor las actividades que llevan a cabo en El Bucarito.
Tras verlo nos enseñaron las aves rapaces y tuvimos la suerte de vivir una gran experiencia, ver y participar en el espectáculo de estas aves.
Tienen un cernícalo, un halcón Sacre y un halcón peregrino, un águila real, un azor, un buho…De nuevo nos llamó la atención el buen cuidado de las instalaciones y de los animales.
Pasear por el exterior de El Bucarito es una delicia, estaba el tiempo agradable, sin mucho calor, y fuimos viendo los caballos, más cabritas, los cerdos…
Así hasta volver de nuevo al edificio principal, donde nos obsequiaron con una degustación de sus productos.
No se contentaron con darnos a probar sus quesos y embutidos, sino que nos fueron ofreciendo unas tapas a cuál más buena.Acompañadas de buenos vinos, tinto Chinchilla y blanco José Pariente.
Todas habían sido elaboradas por Lala Ruiz-Mateos, ayudada por su madre Paquita, y si una tapa nos parecía riquísima, la siguiente ya no teníamos palabras para ensalzarla.
Qué bueno estaba todo…y qué bien hecho. Gazpacho de fresas con cremoso
Albondiguillas de cerdo con salsa de queso curado
Conserva de pulpo al vino tinto
Cúpulas de salmón al eneldo con queso El Bucarito
Bombón de cuajada láctica El Bucarito (nuevo producto) con mango y tapenade
Cuajo de foie con frutos secos caramelizados
Tomatitos cherry con albahaca y queso El Bucarito
Bastones de pato con confitura de naranja
Ensalada de ave en escabeche con queso semicurado y vinagreta de membrillo y miel
Tortillita líquida con trufa
Y de postre Arroz con leche
Y requesón El Bucarito con delicia de naranja
Desde aquí mi agradecimiento a todos los que en El Bucarito se volcaron en atendernos y hacernos pasar un rato tan agradable. A Yolanda, a Lala que cocinó para nosotros, a su marido Carlos que nos atendió con tanta simpatía en las mesas, y a todos los demás que tuvimos la suerte de conocer ese día.
Encuentros como este hay que repetirlos, porque en ellos no solo “comemos y bebemos”, sino que también pasamos un estupendo rato con los amigos. Y sobre todo conocemos y damos a conocer la gastronomia, los lugares más emblemáticos, la gente, los vinos…de algunas poblaciones donde se puede disfrutar y pasarlo bien, como es el caso de Rota.
Lola nos ha encantado. Nos ha parecido una crónica espectacular, super detallada, y muy interesante, y hecha con mucho cariño. Muchísimas gracias y ya con muchas ganas de un segundo encuentro. Ponemos fecha ya Besote para los dos y eres una artista 🙂
¡¡Hasta la próxima!!, que será dificil que supere a esta, pero seguro que, al menos, sí será igual de «exitosa», jeje
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