Los colores se los dan los ingredientes de la pasta y, además de deliciosa, entra por los ojos por ese motivo. Ya se sabe que no solo se come con la boca y el estómago, también se come con la vista.
Se ha demostrado que el color de la comida afecta a nuestro estado de ánimo. Los alimentos de color rojo como los tomates, los pimientos rojos, las fresas, las cerezas…, incluso el vino tinto, aumentan la presión de la sangre y ayudan en la respiración. Esto hace que mejore el ánimo y la actividad mental.
Los amarillos como los limones, la piña, el maiz, los plátanos maduros, el vino blanco…son importantes para reponer energía.
Los verdes, como las espinacas, los pimientos, las peras…dan tranquilidad y ayudan a mejorar el sueño.
Los anaranjados, como las naranjas, las mandarinas, las zanahorias…generan estados de energía y creatividad.
Pues esta ensalada de pasta tiene varios colores,debido a las espinacas, remolacha y tinta de sepia, seguro que después de comerla nos sentimos mejor.
Qué se necesita:
- Un paquete de pasta Gigli (Mercadona)
- Una ó dos latas de atún en aceite
- Un huevo duro
- Aceitunas negras sin hueso
- Salsa rosa (voluntaria)
Cómo la hacemos:
Cocemos la pasta hasta que quede un poco al dente. La escurrimos y dejamos enfriar.
Cortamos un huevo duro en trocitos.
Añadimos el huevo a la pasta. Salamos un poco y echamos un chorro de vinagre. Mezclamos.
Añadimos el atún con el aceite incluido.
Y, por último las aceitunas. Mezclamos bien.
Le podemos echar salsa rosa, si nos gusta. Si no…la dejamos solo aliñada.
¡Qué pinta tiene la ensalada! en una terracita con su cervecita… Un saludo!
En verano se agradece un platito refrescante, un saludo también a vosotras.
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