El pasado día 16 se celebró el Día Mundial del Pan, con unos días de retraso me sumo a la celebración con esta receta de pan de molde. Se trata de una forma sencilla de hacer, no lleva ni masa madre ni prefermentos, y se obtiene un resultado estupendo, ya que nos sale un pan rico, suave y sabroso.
Qué necesitamos:
- 425 grs. de harina de fuerza
- 200 grs. de harina de centeno
- 15 grs. de sal
- 50 grs. de azúcar
- 25 grs. de leche en polvo
- 60 grs. de mantequilla
- 4 grs. de levadura en polvo
- 325 gr. de agua
- Un huevo mediano (de unos 60 grs.)
Cómo lo hacemos:
En esta última ocasión lo hemos hecho con mezcla de harina de centeno, pero en otras ocasiones solo con harina de fuerza. Por eso en algunas fotos veréis la masa más clara (sin centeno) y en otras más oscura (con centeno). Si solo queremos usar harina de fuerza pondremos los 625 gr. de este tipo, sin mezclar.
En un cuenco amplio mezclamos todos los ingredientes menos la mantequilla, hasta que quede todo muy bien mezclado. Añadimos luego la mantequilla hasta que quede una masa elástica, suave y brillante.
Una vez llegado a ese punto ponemos la masa en una mesa y la trabajamos hasta formar una bola lisa que taparemos en un cuenco y la dejamos reposar una hora para que suba.
Para saber que ha fermentado bien introducimos un dedo mojado en harina o aceite en el centro y el orificio no debe cerrarse.
De esta cantidad de masa salen dos panes por lo que la partimos en dos partes. Con cada mitad hacemos una bola y la dejamos reposar 15 minutos.
Estiramos la bola con el rodillo y le damos forma rectangular, a continuación la enrollaremos dándole forma de rulo alargado.
Cerramos bien los extremos. Colocamos los rulos en el molde con el cierre hacia abajo. Esto lo hacemos con cada porción.
Los dejamos un rato hasta que suban.
Calentamos el horno a 190º y los dejamos hornear durante 25 minutos. Tapamos con papel de horno para que no se quemen las partes superiores y los dejamos 10 minutos más.
Los sacamos del horno y de los moldes y los colocamos sobre una rejilla para que se enfríen.
Si no vamos a consumir en ese mismo día todo el pan lo mejor es cortarlo en rebanadas y congelarlas, para sacarlas cuando las necesitemos. Se descongelan en muy pocos minutos. De esta forma tendremos pan de molde cuando lo necesitemos para una cena, merienda, desayuno…Está buenísimo.
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