Parece el título de una película y el nombre de su protagonista principal…Pero no, se me ha ocurrido este nombre porque fue una jornada inolvidable para el grupo de amigos que estuvimos hace unos días en El Arriate en El Puerto de Santa María.
Inolvidable por lo que David y Eva nos pusieron de comer, un menú degustación con lo más granado de su carta, unos platitos exquisitos, a cuál más rico y bien hecho.
Inolvidable porque disfrutamos de las atenciones de los dos, quienes nos hicieron sentir como en casa, quienes llevan adelante este restaurante con mucho cariño y esmero, de ahí su éxito.
E inolvidable porque por circunstancias especiales tuvimos la suerte y el placer de conocer y disfrutar de la compañía de Falsarius Chef. O Nacho, como se llama realmente.
Todas esas circunstancias unidas hicieron de ese día una jornada inolvidable.
Hay una cuestión que me planteo a veces…¿porqué volvemos a ir a un bar o restaurante, repetimos y repetimos, y a otros vamos la primera vez, a conocerlo, y ya no volvemos más?. Cuando nos hablan de un nuevo establecimiento que han abierto nos pica la curiosidad y vamos a conocerlo, y ese primer día es clave, pues si nos gusta lo que comemos y bebemos, el trato que recibimos, el ambiente del sitio, la decoración, el precio…Repetimos. En caso contrario no solemos hacerlo. Pues lo primero es lo que me pasó a mí cuando conocí El Arriate, inaugurado en 2007 y que no ha parado desde entonces de tener éxito. Allí te sientes como en casa, en un ambiente acogedor y cercano, en invierno en el comedor interior, donde además suele haber exposiciones de pintura, fotografía…de artistas amigos de la casa.
En verano en el precioso y fresquito patio donde también a veces se puede disfrutar de conciertos musicales mientras se toman cositas ricas. Lo mismo se puede tomar una berza o un cuscus hechos para la ocasión que los platos de la carta elaborados con productos de temporada.
Como dicen en su página web, El Arriate nace acompañando una ilusión por acercar los productos gaditanos a los clientes. La carta se nutre de productos de la zona, pescados de la Bahía, carne retinta de Zahara de los Atunes, productos de la huerta sanluqueña y portuense, otros productos típicos de la Sierra…Y a la vez experimentan nuevas técnicas, con texturas y colores, pero sin camuflar la materia prima, respetándola siempre.
“Salamos lo justo, cocemos lo mínimo, plancheamos, dejamos crudo, ahumamos, salteamos…siendo siempre honestos con el origen del producto”. Ese es su lema.
Bueno, pues os presento a continuación los platos que pudimos degustar y os cuento cómo eran pero mejor que vayais a probarlos. Todo estaba rico riquísimo, elaborado con cariño y esmero, con productos de calidad…No podía ser de otra manera.
Chicharrón de cazón, tierno y sabroso…y original
Calamar y gambas en carpaccio con vinagreta de sus corales, un bocado exquisito
Raya, naranja y cebolleta en ensalada, jugosa y buenísima
Paté de perdiz…¡hay que probarlo!!
Croquemoles, tan famosos ellos y tan ricos
Ravioli de galera y alboronía, que tambien hay que probarlos
Pulpo y patata asados, tierno tierno, gracias a la técnica que usa David de cocerlo y luego asarlo
Retinta y verduras ahumadas, en su punto justo
Milhojas de manzana y regaliz, el toque perfecto para un postre
Churros con chocolate, una especie de buñuelos rellenos de chocolate que, aunque la foto no me haya salido bien, estaban riquísimos
Y además nuestro amigo Benjamín llevó para todos una quesada pasiega riquísima, de la marca El Macho que es de las mejores, y que tomamos entre todos, los que estábamos sentados a la mesa y el equipo de El Arriate.
Hasta aquí lo que a la comida respecta. Pero no se vayan todavía aún hay más, como decía el conejo Bugs Bunny…
Las circunstancias que a veces la vida nos pone delante hicieron que Falsarius Chef estuviera con nosotros un buen rato antes de comer, tomando el aperitivo. A mí me gusta Falsarius Chef desde que publicó su primer libro, que es por lo que supe de su existencia. A partir de ese momento lo he seguido en su web, he comprado sus libros…y no porque haga sus recetas, que aún no he hecho ninguna, sino porque me divierto leyéndolo.
Quien siga mi blog verá que uso pocas latas y botes, aunque alguno cae de vez en cuando…Pero lo que a mi me gusta de Falsarius es su sentido del humor, su optimismo…el que cuando leo lo que escribe me ponga una sonrisa en la cara y me haga reir. Esa es una cualidad que poca gente tiene. La risoterapia es bien sabido que es un método infalible para curar los males que nos rodean, las crisis, los desamores, las injusticias…todas esas cosas tan impresentables que, por desgracia, leemos a diario en los periódicos. Así que cuando una persona me hace reir o sonreir…¡¡chapó!!. Me tiene incondicionalmente. Y si a eso unimos el ingenio que ha desarrollado en sus recetas, que son la mar de prácticas, pues más chapó aún.
Pues mira por donde he tenido la gran suerte de conocerlo personalmente, “cartearme” con él, y hasta me ha dedicado su último libro…vean, vean…”A la gran Lola…”, toma ya…Original y simpática dedicatoria haciendo alusión a mi trabajo (el que me da de comer) y a lo que me gusta (hacer la comida).
Una pena que no pudo quedarse a comer con nosotros por motivos familiares, pero el tiempo que estuvo lo disfrutamos y lo pasamos muy bien. Es una persona sencilla, cercana, sorprendente…Y con latas y botes da muchas ideas para cocinar. Visitad su web y leed sus libros…un buen rato garantizado.
No había acabado aún la jornada…nos quedaba la visita a las destilerías de Cacao Pico, también en El Puerto, en la calle Cielo. Allí nos recibió Pablo Merello quien muy amablemente nos explicó la historia de la empresa y las técnicas del alambique y la destilería.
Pico sigue elaborando unos productos totalmente naturales de la misma forma que hace cerca de dos siglos, aunque sabiendo aprovechar los avances que la tegnología actual les brinda. En un pequeño “museo” se exhiben botellas antiguas y otros elementos usados ha- ce años.
Desde las primeras materias hasta el producto terminado, el procedimiento de elaboración es especialmente meticuloso, donde la mano de obra artesanal, los alambiques y utensilios especialmente diseñados y la ausencia de prisa en la fabricación dan como resultado licores de exquisita calidad.
Al proceso de destilación por medio de alambiques de cobre, que permiten extraer la más pura esencia del fruto a destilar, se une el empleo de materia prima de primera calidad, como el cacao que traen desde sus lugares de orígen.
Se destila lentamente, sin prisa y con mucho cuidado, y con su forma artesanal de elaboración también hacen productos Premium para otras empresas como el Vodka Pancracio o la Tónica Indi. Precisamente Pedro Alvarez, de la empresa Pancracio, ha sido quien ha diseñado la nueva botella y etiqueta del Cacao Pico, dándole un toque de modernidad sin olvidar su antiguo estilo.
Y así terminó el día, estábamos cansados pero contentos y felices por lo bien que habíamos comido, lo a gusto que habíamos estado, la buena compañía que tuvimos…Total…que con ganas de repetir.
Hay que ir a El Arriate, está clarísimo…..!!!!
Hay que ir, Charo, si no lo conoces tienes que ir. Un abrazo
Que buena crónica Lola, Describes a la perfección el super día que pasamos 🙂 Un besote y enhorabuena por tu crónica 🙂
Pues sí que fue un buen día, Pilar.
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