La coliflor es una verdura que destaca por su contenido en fibra, vitamina C, fósforo y…azufre. Este último elemento es el culpable del mal olor que desprende durante su cocción. Para evitarlo o minimizarlo hay varios trucos como añadir al agua un chorro de vinagre, dos nueces sin pelar y un poco de azúcar. Otro método es echar un corcho al agua mientras se cuece. Y otro, que es el que yo sigo, es colocar sobre la tapadera de la olla un trozo de pan empapado de vinagre.
Para que no resulte indigesta y provoque gases se dice que se debe echar unos granos de comino en el agua. Y otro consejo, esta vez para que quede bien blanca, es añadir un chorro de leche al agua de la cocción.
Hay muchas maneras de hacer la coliflor, rebozada en tempura crujiente queda riquísima, y con bechamel gusta mucho a los niños, siendo una forma estupenda de que la coman, ya que mezclándola con la bechamel les encanta.
Qué necesitamos:
- Una coliflor
- Jamón picadito
- Leche
- Harina de trigo
- Mantequilla
- Queso rallado
- Sal
Cómo lo hacemos:
Se corta la coliflor dejando pencas pequeñas que las cocemos en agua con sal. Una vez tiernas las escurrimos.
Las ponemos en una fuente de horno y las aplastamos con un tenedor. Le añadimos los trocitos de jamón.
Hacemos la bechamel con mantequilla, leche y harina. Yo he usado en esta ocasión harina de repostería, pues me dijeron que queda más suave y es cierto, la salsa queda más fina y suavita.
Cubrimos la coliflor con bechamel y le echamos por encima queso rallado.
La metemos en el horno hasta que esté dorada y quede como una costra en la superficie, y listo…Rica rica
¡Qué rico Lola!
Lo estaba, Charo, ultimamente estoy poniendo muchas recetas de verdura, cada dia las comemos con más frecuencia. Se pueden hacer de formas tan variadas…Un abrazo