Ya tengo una entrada anterior de patatas aliñadas, pero en esta ocasión quiero poner dos versiones, la de los pobres y la de los ricos. me explico. En una ocasión pedimos en un bar papas aliñas y me llamó la atención la pregunta del camarero: «¿Las de los pobres o las de los ricos?»…
Pues resulta que las de los pobres no llevan nada más que las propias patatas, cebolla y perejil, con su condimento, claro. Y las de los ricos llevan además atún y huevo duro.
Así que ya saben…, si no tenemos en casa unos huevos duros o unas latitas de atún en aceite, ese día las comeremos pobres…pero riquísimas también.
Qué necesitamos:
- Unas patatas pequeñas que se cuecen mejor
- Una cebolla dulce
- Una rama de perejil fresco
- Una lata de atún en aceite de oliva
- Uno o dos huevos duros
- Aceite de oliva
- Vinagre y sal
Cómo las hacemos:
En primer lugar cocemos las patatas hasta que estén tiernas. Cuando aún no se hayan enfriado del todo las pelamos y cortamos en trozos. Las ponemos en un cuenco con cebolla y perejil cortados. Las probamos de sal y añadimos vinagre y aceite de oliva generosamente.
Los mezclamos para que queden bien unidos todos los ingredientes.
Y ya tenemos las papas aliñás para pobres. Riquísimas.
Si queremos las de un mayor nivel social…añadimos huevo duro cortado y atún en aceite.
Tanto unas como otras están buenísimas. Y un consejo: aliñarlas aún calentitas, que cogen mejor el aliño.