A comienzos del año 2010 empezó la andadura de este bar que, con el paso de los años, ha ido viendo cómo su éxito ha ido en aumento, tanto que ya tienen también un comedor, además de la barra y las tres o cuatro mesas con las que comenzaron. Hablo en plural pues son dos hermanos los artífices de este éxito, y los que llevan adelante Garum, Carmen Braza y su hermano Santiago que, aunque está en la cocina y nunca se le ve, es parte importante de la buena acogida que han tenido, ya que es quien elabora los platos y las tapitas tan ricas que allí se toman.
Conocí a Carmen en la entrega de premios del concurso de ensaladillas «En bolas», en el que Garum obtuvo un premio como finalista, estando entre los diez primeros establecimientos seleccionados en Cádiz. Y es que su ensaladilla merece premio, está buenísima.
También merece premio, aunque no haya asistido a ningún concurso, su Menudo. Lo recomendé hace poco en el Club de Tapatólogos y lo vuelvo a recomendar aquí. Para rebañar el plato y dejarlo limpio.
No solo el menudo está para rebañar y no dejar ni una mijita, todos sus guisos merecen lo mismo. Los guisos de Garum están espectaculares. Los Garbanzos con langostinos son de los mejores que he probado.
Y la Berza, con todos sus habíos…Riquísima.
A Carmen me la volví a encontrar en la reciente visita a Bodegas La Guita en Sanlúcar, donde probamos los mostos de este año. Y allí nos conocimos un poco más, y a su marido Paco Marente, maitre de El Faro de Cádiz «de toda la vida». Y es que esta familia está toda relacionada con la restauración gaditana, tienen mucha experiencia a sus espalda, pues Carmen y su hermano no son nuevos en este campo, han trabajado antes en El Aljibe, la cafetería de El Corte Inglés, El Show de Tapas, Alfonso Catering…Conocen muy bien los gustos culinarios de los gaditanos, saben atender al público, cosa muy importante, y de ello es prueba que para Carmen un cliente es alguien a quien le dedica toda la atención que sea necesaria, jamás tiene un mal gesto, una mala respuesta, todo lo contrario, siempre sonríe e intenta que el cliente se vaya contento. Y lo consigue.
Esa simpatía y saber estar unido a lo bueno que está todo, tanto en la barra como en el comedor, hacen que a Garum se vuelva a ir, y se repita una y otra vez.
En mi última visita degustamos, además de los guisos y la ensaladilla ya señalados anteriormente, otros platos a cuál más bueno, eso sí, sencillos, tradicionales, hechos con ingredientes de calidad y bien elaborados.
Filetes de gallo empanados
Chocos fritos
Presa ibérica acompañada de unos pimientos asados riquísimos
Y de postre Mascarpone con galletas, miel y nueces, para chuparse los dedos
Y Tarta de la Abuela, de chocolate y galletas que, aunque ya le habían metido la cuchara, le hice una foto porque la merece.
Los que vayáis a tapear o comer a la calle Plocia, tan de moda actualmente como centro de encuentro gastronómico en Cádiz, no debéis dejar de ir a Garum, no os váis a arrepentir.