El Bosque es un pueblo de la Sierra de Cádiz que merece la pena visitar, tiene muchos atractivos para el que guste de andar y pasear por medio de la naturaleza, pues hacer la ruta del río Majaceite es una delicia. Pero también tiene otros atractivos como los que pudimos disfrutar el pasado sábado un grupo de amigos aficionados a la gastronomía. Entre el grupo estábamos algunas blogueras de las que disfrutamos viajando y conociendo rincones de nuestra geografía que nos proporcionan ratos muy agradables, Pepi Relinque, Angela Gallego, Encarna Lozano y Mari Tere Dominguez del Grupo Gastronómico El Almirez; Charo Barrios del blog Come en casa; Lourdes Rosano del blog Cosas que nos hacen disfrutar; Reme Reina del blog Al sur del sur y Angeles Ballesta del blog Kesito.
La cita en El Bosque era para realizar tres visitas, al Molino de Abajo donde realizamos un taller de pan; al Centro de Interpretación de quesos El Bosqueño y al Restaurante La Divina.
El Molino de Abajo es un antiguo molino del siglo XVIII en el que se visita la parte antigua y, gracias a las explicaciones de Fran, nos enteramos de cómo funcionaba. Se movía con energía hidráulica, con agua del río de El Bosque que al llegar al molino movía una turbina que transmitía su fuerza a las piedras del molino a través de un eje.
La piedra volandera se colocaba encima de otra piedra fija, la solera, molturando el grano de trigo que acababa siendo harina.
El entorno es precioso, lleno de vegetación y con el ruido del agua como fondo, un lugar precioso para visitar y para aprender.
Nos apuntamos al taller de pan y disfrutamos muchísimo poniéndonos manos a la obra.
Cernimos la harina, vimos amasarla con el agua hasta quedar perfecta para su uso.
Cada uno moldeó su pan de la forma que quiso, para distinguirlo luego a la hora de comerlo.
El Molino de Abajo elabora molletes y teleras que distribuye por varias poblaciones cercanas para su consumo.
La sal que usan es de la salina romana de Iptuci, en Prado del Rey, donde iremos en una próxima ocasión.
Pudimos adquirir algunas teleras para llevarnos a casa y poder seguir degustando ese pan tan rico que elaboran Fran y su padre Juan.
Mientras el pan que habíamos hecho se cocía en el horno nos fuimos a visitar el Centro de Interpretación de Quesos El Bosqueño. Estos quesos son considerados de los mejores del mundo, y han ganado numerosos premios en varios concursos nacionales e internacionales.
Allí vimos una película sobre la forma de hacer el queso antes y ahora, muy ilustrativa. También nos dieron a degustar varios tipos de quesos elaborados por ellos y chacinas de la zona.
Y llegó la hora de comer, por lo que nos trasladamos al restaurante La Divina, del amigo Antonio Galindo. Enhorabuena a Antonio porque ya lleva tres años y medio con su restaurante abierto y cada vez tiene más éxito. Apostó por innovar sin alejarse de la tradición y el uso de los ingredientes típicos de la zona, y ha sido todo un acierto.
La Divina tiene una carta variada con platos que siguen en ella desde que abrió y otros, la mayoría, nuevos y todos ellos muy ricos. Su pizarra es ya todo un referente.
El cocinero es Angel Benítez, quien se formó en la escuela de Hostelería de Rota, acabando sus estudios en la de Arcos de la Frontera. Un gran cocinero que ha elaborado platos estupendos y algunos de ellos han obtenido premio, como este con Huevo campero a baja temperatura con espaguetis de vegetales y crema de patatas y jamón ibérico…exquisito.
Antonio nos preparó un gran menú que gustó mucho y digno de alabanzas, que no pararon de llegarle a cada plato que traía.
Caballa a baja temperatura con piriñaca de alcaparras y pepinillos
Arroz marinero con chipirones y aceite de pimentón
Canelón de rabo de toro con bechamel de foie
Solomillo salteado al vino con cama de papas aliñás y verduritas al horno de leña. Este plato lo hacía la madre de Antonio y él lo ha retomado dándole un toque «divino».
Postres buenísimos como el Chocolate al cubo
Y la Panacotta de vainilla con manzana ácida y helado de leche merengada
Antonio siempre ofrece e intenta servir vinos de la zona como un Tinto Petitta de Algodonales y un Blanco Fabio Montano de Prado del Rey, muy buenos.
Para acompañar este menú tan rico tuvimos los panes que habíamos hecho en el Molino de Abajo, que Fran nos llevó recién horneados.
Pasamos un día estupendo y disfrutamos de buena compañía y buena gastronomía confirmando, de nuevo, que El Bosque es un sitio estupendo para visitar.
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