Así es, las patatas aliñadas, dicho en fino ya que en Cádiz decimos «papas aliñás», son un plato delicioso y muy apropiado para el verano. Fresquito y refrescante, dentro de la familia de los aliños, tan propios de la estación estival, pariente cercano de la ensaladilla y vecino del picadillo de atún.
Raro es el bar que no tenga papas aliñas en su carta, y suelen ponerlas como aperitivo de la casa en muchos restaurantes, para tomarlas mientras se esperan los platos pedidos, las carnes y pescados. Pues desde aquí anímo a hacerlas en casa. Más fácil imposible, eso sí…hay que tener en cuenta un detalle muy importante, que debemos aliñar las patatas cuando aún están tibias, ya que frías no cogen bien el aliño.
Podemos añadir varios ingredientes, aunque solas con cebolla y perejil están buenísimas, pero admiten huevo duro, atún en aceite, aceitunas…
Qué necesitamos:
- Dos patatas grandes
- Una cebolla
- Perejil fresco
- Un huevo cocido
- Una lata de atún en aceite de oliva
- Aceitunas
- Vinagre
- Aceite de oliva virgen
- Sal
Cómo se hacen:
Cocemos las patatas con piel. Las pelamos y, antes de que se enfríen, las cortamos en cuadrados y echamos en un cuenco. Las aliñamos con sal, vinagre y aceite.
Añadimos el huevo cocido, perejil, cebolla, atún y aceitunas. No es necesario echar todos estos ingredientes, como hemos dicho más arriba pueden tomarse solas, o acompañadas solamente de alguno de ellos.
Mezclamos bien todo para que cojan el aliño todos los elementos añadidos. Las enfríamos en el frigorífico y listas…a disfrutar de un plato veraniego muy rico y apetecible.
Son tan nuestras que deberían ponerla en todos los bares gaditanos. Una receta imprescindible.
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