Llámese así al intento de «dar gato por liebre» de algunos cocineros o amas de casa que no pueden o quieren pagar lo que cuesta una langosta. Hasta la segunda mitad del siglo XX el rape no estaba bien considerado por su aspecto parecido al sapo, y solo era usado para hacer sopas y guisos, de tal manera que los pescadores lo aprovechaban en sus casas ya que no los lograban vender. Hasta que se fue haciendo sitio en las mesas más señoriales y empezó a ser más solicitado.
Este rape alangostado al que el pimentón da el color que lo asimila a la langosta da el pego, su carne tiene parecida textura y firmeza, aunque no es tan parecido el sabor, ya que la langosta es más sabrosa, pero está realmente rico.
Qué necesitamos:
- La cola de un rape grande
- Pimentón dulce y ahumado
- Sal gorda
- Papel transparente de cocina
Cómo se hace:
Embadurnamos toda la cola del rape con sal y pimentón, dulce y ahumado mezclados. Se puede usar solo pimentón dulce.
La envolvemos en papel transparente de cocina, procurando que quede bien envuelta.
La ponemos a cocer en una olla con agua unos 10 o 15 minutos según el tamaño. La sacamos, escurrimos y dejamos enfriar. Yo la metí en agua muy fría, para quitarle el calor, antes de meterla en el frigorífico.
Ya fría quitamos el papel, sacamos los dos lomos, quitando la espina central, y los cortamos en rodajas.
Se acompaña de salsa rosa y salsa mayonesa, mejor caseras. Está muy pero que muy bueno.
Muy interesante !!
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