Los pimientos asados son de los platos más usuales en las mesas, se toman solos como acompañamiento de un plato principal o enriquecidos con huevo duro, atún, caballa…
El origen de la palabra pimiento viene de pigmentum citado por Estrabón, historiador griego que vivió a caballo entre el siglo I aC y el siglo I dC. Lo cita como una de las especias que había sido traída del lejano Oriente y habla de sus poderes antioxidantes y su uso en la cocina. Pero a nosotros nos llegó de América junto a otros productos que ahora son insustituibles en nuestras cocinas como el tomate, el maíz, el cacao…
Para asar lo mejor es usar los pimientos denominados así, «pimientos de asar», de carne más gruesa y tamaño más grande que los que se usan para freir.
Qué necesitamos:
- Dos pimientos de asar, rojos o rojo y verde
- Una cebolla
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Vinagre
- Atún, caballa, melva…enlatados en aceite de oliva
Cómo se hacen:
Calentamos el horno a 180º y metemos los pimientos en la bandeja, dando la vuelta para que se hagan por todos lados. Los sacamos y ponemos a enfriar en un cuenco, dejando que «suden», es decir, que suelten el líquido.
Los pelamos y quitamos las pepitas y los cortamos a tiras.
Aliñamos con sal, vinagre y aceite y, si nos apetece, le añadimos cebolla, huevo duro, atún, caballa, melva…
Un plato sencillo, muy nuestro, y que gusta muchísimo.
Pingback: Pisto de pimientos rojos | La fritada
Pingback: Pimientos rojos confitados | La fritada