Qué sencillos son los platos que consisten en hacer el ingrediente principal a la plancha. Y qué ricos. Porque a la plancha se conservan los sabores, no se disfrazan, y se mantienen todas las cualidades y características.
Eso ocurre con las sardinas. Qué maravilloso es el olor a sardinas asadas que tanto nos recuerda al verano, a los chiringuitos de playa. El olor a sardina asada nos transporta a un día estival, soleado, aunque cuando el olor se queda en casa, en nuestra cocina, es menos agradable. Pero para ello hay planchas anti-olor y ventanas para ventilar el humo…Eso no debe echarnos atrás para asar sardinas, que están riquísimas.
- Medio kilo de sardinas frescas
- Sal gorda de salina
- Aceite de oliva virgen extra
Cómo se hacen:
Calentamos una plancha con un poco de aceite y, cuando esté caliente, vamos poniendo las sardinas ya limpias, sin tripas. Cuando veamos que están hechas por la parte inferior les damos la vuelta para que se hagan por ambos lados.
Una vez asadas, echamos por encima sal gorda.
El mejor acompañamiento es un aliño, o ensalada, de tomate o pimientos asados.
Riquísimas y nutritivas.
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