En el término de Barbate y cerca de Zahara de los Atunes se encuentra Lubimar, ubicada entre dos mares, en Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo. Se trata de un entorno natural, con gran interés medioambiental y productivo, en el que se cría una gran variedad de peces, crustáceos…que entran de forma natural desde el mar a las instalaciones.
Allí fuimos gracias a la mediación de Pepi Relinque, del blog Cuarto y Mitá, barbateña de pro, quien siempre está deseosa de enseñar su pueblo, y con razón, ya que guarda verdaderos tesoros gastronómicos.
Nos recibió Gontrán de Ceballos, responsable comercial de ventas quien, con mucha amabilidad y conocimientos técnicos, nos guió por las instalaciones acompañado de algunos miembros de su equipo.
En Lubimar crían principalmente doradas y lubinas, a las que alimentan con camarones, que son como las bellotas para los cerdos.
También se alimentan con un complemento de pienso hecho con harina de pescado y vegetales. Estos piensos son de gran calidad y valor nutritivo.
Para que uno de estos peces llegue a tener un kilo de peso debe pasar tres años y medio, alimentándose y estando tranquilos, sin estrés.
Nos enteramos de muchos datos interesantes, como que la lubina es depredadora y se come todo lo que encuentra, mientras que la dorada es selectiva, elige lo que quiere comer. Esto lo tienen en cuenta en Lubimar a la hora de programar su crianza.
Cada una de las balsas que conforman los esteros mide 200 metros de largo por 30 metros de ancho y 3 metros de profundidad.
Estos esteros están cubiertos con redes debido a que hay muchas aves volando sobre ellos.
Lubimar vende el 70% de sus productos en el extranjero, y en España sus principales compradores son los restaurantes. Ellos venden, pescan y reparten, realizando la pesca conforme se van recibiendo los pedidos.
Desde Cantabria llegan las crías, de unos 2 gramos cada una, son depositadas en los característicos pozos de piedra ostionera de Sancti Petri, llenos de agua del mar, hasta que alcanzan los 50 o 60 gramos, estando siempre separadas las doradas de las lubinas.
Una vez visitados los esteros pasamos a las instalaciones interiores donde pudimos ver cómo se seleccionan los ejemplares para su venta, dejando fuera los que tienen algún defecto. Se separan según los pesos y se envasan para su venta y reparto.
Fue una visita muy interesante, pudimos conocer otra de las riquezas gastronómica de nuestra provincia, los esteros y la forma de criar pescados tan sabrosos como las doradas y lubinas de Lubimar.
Una visita inolvidable.
Pingback: Lomos de dorada al ajillo | La fritada