Se trata de un plato típico cordobés y, de hecho, la receta me la proporcionaron los miembros de la Cofradía Amigos del Olivo de Baena, en un reciente Congreso de Cofradías Gastronómicas. Se puede hacer también con rabo de vaca, concretamente este rabo me lo regaló el amigo Paco Melero, de la Carnicería Paco Melero de Vejer de la Frontera.
Este plato ya se cocinaba en época romana y aparece reflejado en el libro De Re Coquinaria de Marcus Gavius Apicius.
Tiene un alto contenido de colágeno ya que es una carne muy gelatinosa, por lo que es un plato muy bueno para los tejidos y articulaciones.
Qué necesitamos:
- Un rabo de toro cortado en trozos
- Dos cebollas
- Dos o tres zanahorias
- Tres tomates maduros
- Medio vaso de aceite de oliva virgen extra
- Dos vasos de vino
- Ocho dientes de ajo
- Sal
- Unos granos de pimienta negra
- Unas hebras de azafrán
Cómo se hace:
Los trozos de rabo deben estar limpios y sin zonas duras. Se cortan las cebollas y se rehogan en aceite, luego añadimos los ajos pelados y las zanahorias cortadas en rodajas.
Yo uso una olla rápida y en ella hago el rehogado anterior, así que en ella se echan a continuación los demás ingredientes y se cubre de agua.
Lo dejamos hacer unos veinte minutos, si la salsa está muy líquida por haber echado más agua de la cuenta, lo dejamos unos minutos más. Si se hace en olla normal hará falta bastante más tiempo.
Es mejor tomarlo al día siguiente, pues la salsa está más untuosa y rica. Y lo podemos acompañar con patatas fritas…