A veces las recetas se me ocurren según los productos que tenga en casa. Antes de la reclusión en casa a la que estamos sometidos por el Covid2019 me regalaron unos limones estupendos. Y ordenando la alacena, que es otra de las actividades que he hecho para distraerme en estos días, me encontré unas magdalenas que se habían puesto duras pero que estaban muy buenas, como todos los productos de Casa Guerrero de Sanlúcar, donde las compré. Una manera de no tirar comida sino aprovecharla.
Así que, a la vista de la situación, me puse manos a la obra para hacer este postre que, además, estaba buenísimo.
Qué necesitamos:
- Tres limones
- Dos cucharadas soperas de yogur griego
- Media lata o bote de leche condensada
- Magdalenas secas o bizcochos de soletilla
- Vino PX
Cómo se hace:
En primer lugar quiero aclarar que si no tenemos magdalenas o bizcochos de soletilas podemos usar otro tipo de bizcocho que tengamos y se haya puesto seco. Y si no tenemos PX podemos usar otro tipo de vino dulce.
Echamos en la batidora el zumo de los tres limones, la leche condensada y el yogur y batimos bien hasta que quede buena mezcla homogénea.
Ponemos los bizcochos en una bandeja y los emborrachamos con el vino. En otra bandeja cuadrada o rectangular, que tenga las paredes altas, vamos poniendo bizcochos hasta cubrir el fondo.
Sobre ellos echamos parte de la crema de limón y, sobre ésta, otra capa de bizcochos, para acabar con crema de limón que cubrirá toda la superficie. lo metemos en el frigorífico al menos cuatro horas.
Sacamos la bandeja y decoramos por encima con ralladura de limón y de chocolate negro, o chocolate con leche, como más nos guste.
Ya tenemos un postre fresco y suave, nada empalagoso, y aprovechando restos de comida que no hay que tirar, en este caso las magdalenas o bizcochos duros.