Estamos en plena Cuaresma y uno de los platos típicos es el potaje de vigilia. Este plato lleva, entre otros ingredientes, bacalao, y su receta se encuentra en múltiples páginas webs y blogs de cocina. Yo he preferido aportar una receta distinta, sin bacalao, solo con verduras y con algunos toques especiales como el curry y la cúrcuma. El resultado es espectacular.
La cúrcuma es buenísima para los trastornos digestivos, evita la acidez, el ardor, las flatulencias…, así que es ideal para añadirla a un guiso de legumbres. El curry aporta su sabor y olor tan especiales, por lo que debe añadirse un poco menos. Ambos ingredientes hacen de este guiso un plato exquisito.
Qué necesitamos:
- Un puñado de garbanzos por comensal (4)
- Un tomate
- Un pimiento verde
- Una cebolleta
- Media cebolla
- Medio puerro
- Una zanahoria grande
- Dos dientes de ajo
- Una cucharada de cúrcuma
- Una cucharadita de curry
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Cómo se hace:
Cubrimos el fondo de una olla con aceite, yo uso la olla rápida pero se puede usar una olla normal. Sofreímos la cebolla, la cebolleta, el puerro, el pimiento, el ajo y el tomate, todo picadito.
Cuando esté sofrito añadimos la zanahoria pelada y cortada, removemos y añadimos el curry y la cúrcuma, salamos a gusto y echamos los garbanzos, que habrán estado en remojo una noche o un día en agua.
Cubrimos con agua y los dejamos hacer, si es en olla rápida bastan veinte minutos, si no hasta que estén tiernos los garbanzos.
Un plato delicioso y nutritivo, además de muy sano.
