En verano uno de los olores más característicos, que nos transporta a la playa, a un chiringuito estival en el que tomar un aperitivo, es el olor a sardinas asadas. Las sardinas son tan ricas que fritas, a la plancha o de la manera que elijamos están buenísimas.
Una manera de hacerlas es a la sal, para lo que debemos elegir sardinas grandes, y el resultado es espectacular.
Qué necesitamos:
- Un kilo de sardinas frescas
- Sal para hornear
Cómo se hacen:
Limpiamos las sardinas quitándoles las tripas pero dejando las escamas. Las colocamos en una bandeja de horno con sal de hornear.

Cubrimos con más sal de forma que queden todas tapadas. Las metemos en el horno precalentado a 200º y las dejamos hasta que estén hechas.

Les quitamos la sal y escurrimos bien sobre papel de cocina. Y listas…la piel les saldrá con mucha facilidad y están riquísimas.
